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Se viene el decretazo

Petro desafía la democracia y busca imponer su reforma laboral a toda costa tras el rechazo del Congreso

Ante la falta de respaldo en el Congreso, Petro intenta imponer su voluntad por decreto y presiona a la ciudadanía con un discurso populista. (Foto: GROK - IA)

El presidente Gustavo Petro, en una nueva muestra de su desprecio por las instituciones democráticas, anunció el martes 11 de marzo de 2025 que convocará a una consulta popular para que los colombianos decidan sobre sus fracasadas reformas laboral y de salud.

Ante la falta de respaldo en el Congreso, el mandatario intenta imponer su voluntad por decreto y presiona a la ciudadanía con un discurso populista que pretende disfrazar su derrota política como un “bloqueo institucional”.

Minutos después de su alocución presidencial, Petro dejó en claro que no le interesa el debate democrático ni el papel del Legislativo. En su cuenta de X, anunció que avanzará con la reforma laboral mediante decretos, ignorando el rechazo del Congreso y los principios fundamentales de separación de poderes.

La realidad es que su reforma laboral ya estaba prácticamente hundida. Ocho congresistas presentaron una ponencia de archivo en la Comisión Séptima del Senado, lo que condena la iniciativa al fracaso.

Ante esto, en lugar de aceptar el resultado y trabajar en nuevas propuestas, el presidente insiste en llevar su proyecto al pueblo, utilizando la consulta popular como una herramienta de presión política.

“El poder del pueblo es el poder de movilizarse, pero sobre todo es el poder de decidir. Si no se deja decidir al pueblo, no hay democracia, sino tiranía”, afirmó el mandatario en un claro intento de manipular el discurso democrático para justificar su incapacidad de gobernar dentro del marco institucional.

Pero su actitud no se detiene ahí. Petro atacó directamente a los congresistas que archivaron su reforma, acusándolos de reírse porque su proyecto incluía una licencia laboral para mujeres durante la menstruación, como si esa fuera la única razón del rechazo.

Con este tipo de declaraciones, el presidente busca desviar la atención de los verdaderos problemas que generaban sus reformas, como el impacto económico y la falta de viabilidad de muchas de sus propuestas.

En otro intento de victimización, el mandatario denunció un “bloqueo institucional” por parte del Congreso, asegurando que se trata de una conspiración contra la voluntad popular que lo eligió en 2022.

Según Petro, su gobierno es víctima de una élite que impide el cambio, cuando en realidad es él quien se ha mostrado incapaz de generar consensos y construir un camino viable para las reformas.

Finalmente, el presidente insistió en que su reforma laboral solo busca garantizar derechos básicos, como el pago de horas extras y el respeto a la estabilidad laboral. Sin embargo, lo que no menciona es que su propuesta carecía de un sustento realista y habría generado un impacto negativo en la generación de empleo, algo que su gobierno ha ignorado sistemáticamente.

Con esta nueva maniobra, Petro deja en evidencia su desprecio por las instituciones y su intento desesperado por sostener un proyecto político que se desmorona. Incapaz de gobernar con el Congreso, ahora busca imponer sus decisiones por fuera de los canales democráticos, utilizando la consulta popular como un mecanismo de presión política.

Una vez más, demuestra que su verdadera intención no es mejorar las condiciones de los ciudadanos, sino sostener su relato populista a cualquier costo.

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