
Por José García (*)
En un futuro no muy lejano como escribí en un artículo anterior, la humanidad se enfrentará a una transformación económica sin precedentes: un mundo sin dinero. Con el avance de la tecnología, la automatización, la criptografía y el desarrollo de economías basadas en la inteligencia artificial, muchos expertos creen que el dinero tal como lo conocemos podrá desaparecer o transformarse radicalmente.
La Evolución de la Economía
Hoy en día, el dinero es el pilar fundamental de la sociedad. Sin embargo, con la creciente digitalización y el auge de modelos económicos alternativos como el trueque digital, la renta universal básica y la descentralización financiera a través de criptomonedas, el concepto de riqueza está cambiando.
Sistemas Basados en Recursos y Colaboración
Algunas teorías sugieren que podríamos transitar hacia un sistema basado en recursos, donde la economía funcione en torno a la distribución equitativa de bienes y servicios, en lugar de la acumulación de riqueza monetaria. En este modelo, la automatización sería clave para garantizar la producción eficiente de recursos sin la necesidad de intercambios monetarios.
Desafíos y Beneficios
La transición a un mundo sin dinero plantea múltiples desafíos. La adaptación de las sociedades, la redefinición de los sistemas de propiedad y la posible resistencia de quienes controlan la economía actual son algunos de los obstáculos más importantes. Sin embargo, también existen beneficios potenciales, como la eliminación de la pobreza, la reducción de la desigualdad y un acceso más equitativo a los recursos esenciales.
¿Cómo Nos Prepararemos?
Los gobiernos, las empresas y la sociedad en general deberán anticiparse a este posible escenario, explorando nuevas formas de organización social y económica. La educación financiera, la tecnología y la cooperación global jugarán un papel crucial en la transición hacia una economía post-monetaria.
A medida que el mundo avanza hacia la automatización y la digitalización, la pregunta no es si el dinero desaparecerá porque eso va a pasar, sino cuándo y cómo nos adaptaremos a una nueva era sin él.
(*)Experto en economía digital