Durante su intervención en el IV Foro Abierto de Ciencias de América Latina y el Caribe (CILAC) 2024, Petro afirmó que el pueblo venezolano "ya no sabe si en su país hay democracia o revolución, ya el pueblo no los quiere". Sin embargo, en un giro inesperado, sugirió que Hugo Chávez, precursor del chavismo, tomó algunas decisiones correctas al usar los ingresos petroleros para financiar la educación, mientras culpó a Colombia de no haber hecho lo mismo.

Estas declaraciones han generado críticas por la falta de coherencia y firmeza frente a un régimen ampliamente cuestionado en la región. En lugar de mantener una postura clara contra la dictadura de Maduro, Petro optó por señalar las "virtudes" del chavismo en un discurso de casi una hora y media, en el que llegó a comparar desfavorablemente a Colombia frente a Venezuela en términos educativos.

El mandatario también reiteró su llamado a una transición energética, pero lo hizo vinculando las políticas de Chávez al cambio climático, desviando el foco de los cuestionamientos a la legitimidad del régimen venezolano. "Si no se hace la transición energética, los efectos del cambio climático serán devastadores", advirtió Petro, mientras dejaba sin respuesta la invitación de Maduro para asistir a su asunción presidencial el próximo 10 de enero.

Las contradicciones entre las declaraciones de Petro y la postura oficial de su cancillería han dejado a Colombia en una posición comprometida en el escenario internacional.

Mientras Murillo subrayó que "sin actas, no hay reconocimiento", el discurso del presidente parece otorgar un margen de legitimidad al régimen venezolano, generando incertidumbre sobre la política exterior de su gobierno y alimentando las críticas hacia su manejo de las relaciones con el vecino país.