El congresista intensificó sus acusaciones al mencionar que la empresa israelí NSO GROUP, dueña de Pegasus, habría confirmado haber hecho negocios con Colombia. A pesar de estas declaraciones, las pruebas concretas siguen sin aparecer, y el señalamiento podría tener un impacto considerable en la reputación de Duque y su administración si no se clarifican los hechos.

Mondragón fue más allá al insinuar que el gobierno de Duque podría estar involucrado en actividades de lavado de activos, y cuestionó el paradero actual del software de espionaje: "¿Qué hicieron con el software de espionaje y dónde está en este momento?", expresó en un tono que demanda respuestas urgentes. Sin embargo, este tipo de acusaciones, sin pruebas contundentes, genera más confusión que claridad en la ciudadanía.

Lo que resulta paradójico es que, mientras Mondragón defiende fervientemente al presidente Petro por "destapar este gravísimo caso", el propio mandatario enfrenta críticas por su gestión, falta de transparencia y la ausencia de respuestas concretas en temas sensibles como la implementación de Pegasus. Petro sigue sin brindar información detallada sobre las posibles implicaciones de su propio gobierno en el uso de tecnologías invasivas, lo que alimenta sospechas sobre si realmente busca esclarecer la situación o simplemente capitalizar políticamente las acusaciones contra su predecesor.