Opinión
Nuevas adicciones

Apaga el celular que llevas dentro

La revolución digital invita a reflexionar y concientizar acerca de las consecuencias del uso abusivo de los dispositivos.

Por Ximena Martínez León (*)

Cuando usted, amigo lector de esta columna semanal, si lo primero que hace al despertar y lo último que hace antes de dormir, es mirar la pantalla de su celular, es parte del grupo de millones de personas que tienen la enfermedad de dependencia del teléfono móvil.

En casa puede dañarse cualquier bien inmueble, incluido el carro, la nevera, la estufa y el horno microondas. Pero no el celular. De suceder, se vuelve una tragedia para su protagonista en el día, la semana o el mes.

La dependencia del celular de cualquier ciudadano -independiente de su estrato social- es una enfermedad que va en ascenso de manera silenciosa. Se convierte en una patología, hasta alterar la salud mental.

No se desprenden del celular en la calle, en la oficina, en el carro, en una piscina, en el almuerzo o incluso en la luna de miel. De 10 personas, 4 son adictas al uso del celular.

Así lo demuestran las estadísticas. Estas personas usan el móvil 16 horas diarias. Su mundo es una pantalla de celular, dejando de lado la naturaleza, la práctica de algún deporte o la conversación en familia.

Desde la sicología sistémica, me he dado a la tarea profesional de diseñar una terapia presencial para los adictos al celular. Apagar el celular que llevan dentro y escuchar al Yo interior de la creatividad, el uso del sentido común, escribir cartas o la magia del asombro de lo que observa el alma y los ojos.

Si, usted amigo lector hace parte de la adicción al celular, tiene dos caminos. Reconoce que está enfermo o ingresa a la terapia que le propongo. Su vida cambiará en positivo 360 grados.

La sicología sistémica es una ciencia del conocimiento que será su aliada, en un momento de su vida, donde debe tomar el problema de salud mental de frente y sin miedo.

El día tiene 24 horas. Pasar 16 al frente de la pantalla de un celular, es condenarse a no mirar el sol, la luna, la naturaleza. No se niegue a sentir el viento en el rostro o escuchar el ruido de un río o el mar.

Si decide curarse, colocarle fin a la enfermedad que padece por culpa del celular, lo estaré esperando.

(*) Experta en sicología sistémica, publicista y escritora. Autora del libro "Mil vidas antes de morir". Email: xm3370@hotmail.com.

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