El encuentro, planificado desde el 6 de noviembre, aborda una amplia gama de temas fundamentales. Destaca, en particular, la atención a acuerdos en el ámbito pesquero diseñados para beneficiar directamente a la población local, con un enfoque especial en el pueblo raizal.

La diversidad de asuntos tratados va más allá de la pesca, ya que se ha establecido una comisión específica dedicada a asuntos ambientales y conservación de la biodiversidad.

Este enfoque subraya la importancia de preservar los recursos naturales en las áreas en disputa, mientras se aborda también la demarcación de las áreas indicadas por la CIJ durante la contienda territorial marítima previa.

Figuras clave de ambos países lideran este proceso: Álvaro Leyva Durán, ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, y Carlos Argüello Gómez, el representante nicaragüense ante la Corte Internacional de Justicia.

La elección de París como sede para este encuentro enfatiza la relevancia del escenario internacional en la resolución de conflictos, pues este evento se alineó con la participación del canciller en el Foro para la Paz y la Conferencia General de la Unesco.

El acuerdo bilateral establece una sólida base para futuras conversaciones en Nicaragua en los próximos días, con el objetivo de analizar detalladamente los alcances de la determinación adoptada por el alto tribunal internacional con respecto al litigio limítrofe resuelto a mediados de este año.

El fallo de la Corte Internacional de Justicia, que puso fin a la controversia territorial colombiana, marca un logro significativo para la defensa del país sudamericano. Este fallo evitó la amenaza de perder territorio marítimo frente a las ambiciones nicaragüenses.

La decisión de la CIJ, presentada por la presidenta Joan Donoghue, destacó la singularidad de la pretensión nicaragüense de ganar territorio mediante la expansión de la plataforma continental.

Donoghue proporcionó una exposición jurídica que subrayó los derechos de los estados en el mar y ofreció un análisis detallado de casos similares tratados en la jurisdicción de la CIJ.

En un gesto de imparcialidad, la CIJ rechazó las pretensiones de Nicaragua en varias instancias, respaldando consistentemente la posición colombiana y su soberanía territorial.

Este veredicto contundente se refleja en la votación de la CIJ, donde Colombia prevaleció en todas las pretensiones con una mayoría significativa de 13 votos a favor y cuatro en contra.

Un análisis detenido de los puntos específicos del fallo revela la solidez de la defensa colombiana. La hipótesis nicaragüense de delimitar el límite marítimo de la plataforma continental extendida fue desestimada con una mayoría. Similar respaldo se dio en la declaración de que las Islas de San Andrés y Providencia tienen una plataforma limitada.