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Voto castigo

Colombia se despierta: el fracaso de Petro en las elecciones regionales mejora las perspectivas del país

El presidente, Gustavo Petro.

La coalición izquierdista que conforma el Gobierno de Gustavo Petro cosechó una contundente derrota electoral en la mayor parte de los municipios y los territorios de las elecciones regionales de Colombia del pasado domingo.

Una de las derrotas más aplastantes y contundentes de la jornada se produjo nada menos que en Bogotá, en donde el socialismo quedó relegado al tercer lugar. El oficialismo solamente se impuso en 3 gobernaciones a nivel nacional, mientras que perdió las 30 restantes. Esto abre un panorama de optimismo para el desarrollo de la economía colombiana.

La firma JP Morgan, el banco más importante de los Estados Unidos, concluyó que la derrota del socialismo mejora las perspectivas de los inversores locales e internacionales, especialmente en el sector transable vinculado a la energía y los combustibles.

Los bonos soberanos de Colombia se revalorizaron rápidamente tras conocerse la contundente derrota del oficialismo, mientras que el índice de Riesgo País retrocedió hasta estabilizarse por debajo de los 350 puntos básicos, el valor más bajo de los últimos meses.

JP Morgan explica que el optimismo inversor se condice con la debilidad en el avance de la agenda reformista y socialista del presidente Petro. Con un menor apoyo popular y con cada vez más oposición en el Congreso, el oficialismo encuentra más trabas para poder desplegar su reforma previsional y su reforma sobre el sistema de salud.

El Índice de incertidumbre para la política económica de Colombia retrocedió a los niveles más bajos en 2 años según anticipó JP Morgan, volviendo así al punto de partida antes de la asunción de Petro. Este indicador había marcado un valor récord en el primer trimestre de 2022, en medio de la catarata de reformas que pretendía desplegar el Presidente.

La reforma sobre el sistema de pensiones buscaba debilitar fuertemente al ahorro individual y el sistema de capitalización, creando una administradora estatal sobre la base de cotizaciones forzosas para montos de entre 1 y 4 salarios mínimos legales. Se crearía así un sistema parcialmente “mixto” en el cual el sector privado quedaría relegado a ser un mero remanente por encima de las transferencias que se queda el Estado.

El sistema propuesto por Petro amenaza con socavar las bases para el ahorro interno y su canalización al mercado de capitales doméstico. Colombia, así como Chile, sentó las bases de la generación de crédito local gracias al ahorro del sistema de capitalización. El sistema centralizado del Estado no genera ahorro, y solo desplaza transferencias de cotizantes a jubilados.

Por su parte, la reforma sobre el sistema de salud propone la estatización gradual de los servicios prestados por las Entidades Prestadoras de Salud (EPS). El pago de los servicios médicos a estas entidades se vería eventualmente cooptado por un nuevo ente estatal catalogado como “Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN)”. Esta reforma cuenta con un total de 70 artículos, pero solo el 49 por ciento obtuvo el visto bueno del Congreso colombiano.

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