Este 26 de septiembre, a la 5 de la tarde, los “ojos” del mundo estarán puestos en la ciudad de Cartagena, cuando el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos firmen, el acuerdo de paz, como preámbulo a la realización del Plebiscito este 2 de octubre, teniendo como testigo a los ciudadanos, al Congreso en pleno y la comunidad internacional.
Un hecho que además de histórico, abre la puerta no solo a una hoja de ruta de “esperanza”, a la modernización de los partidos políticos, y a una nueva era que podría significar la aparición de una nueva derecha y una nueva izquierda.
Es decir, lo que se ha dado por llamar el posconflicto, comenzará a dar sus “primeras pinceladas”, donde los municipios, los departamentos y las regiones están llamadas a ser protagonistas, que en palabras del senador Antonio Navarro Wolf de la Alianza verde, serán los más difíciles, en respuesta a un escenario que en el amanecer el 27 de septiembre, tendrá más preguntas que respuestas.
En esa línea, el presidente de la Cámara de Representantes Miguel Pinto, uno de los retos de la democracia colombiana y en particular de los partidos políticos, es interpretar el “eco” de la paz en las regiones, teniendo como a un ”par” a las Farc, que entrará a disputarse los votos.
En las horas previas, al acto de la firma de la paz en la capital de Bolívar, las campañas por el sí y por el no al Plebiscito, alcanzaron su “climax”, ocupando un gran debate dentro y fuera del Congreso, las Universidades y los medios de comunicación, nunca visto en la historia del país, cuyos ciudadanos buscan leer el Acuerdo Final de La Habana, un documento de más de 260 páginas
